jueves, 28 de marzo de 2013

Carta a mis compatriotas de lucha y principios, presos políticos, protagonistas del Grito libertario de Gdeim Izik. Bahia Awah, escritor saharaui

Madrid, mi ciudad de exilio, marzo de 2013
Dirigiéndome a vosotros, queridos compatriotas, no sé cómo empezar esta misiva de reafirmación y apoyo a los principios de lucha que os mantienen firmes detrás de las verjas de hierro y de los infranqueables muros de la ignominia marroquí. Pero creo que la mejor manera de acompañaros en el infinito tiempo que os acorrala en las oscuras celdas es hacerlo con estos extractos de versos de un largo poema del gran clásico de nuestra literatura hasania, el difunto Salama Uld Eydud, con los que sin más dilación cabe mi saludo y mi mensaje de compromiso.
لحكلي سلام ال لخيام ال جدهلو وحدو سلام
بني سالم بتمام ولعني ضرار (…)
Trasládame el saludo a la familia,
y a Yedehlu en especial mi saludo,
y que no padezco de mal
(…)
Salama Uld Eydud, en 1934, desde su celda, escribió estos versos a su amigo el poeta Yedehlu Uld Esid Uld Badah, tras caer preso en manos de los colonialistas franceses en la batalla de غزي لكسيب Gazi Legseib en 1929, gazi saharaui anticolonial dirigido por el guerrero لمخيليل ولد العالم Lemjeilil Uld El Alem, alias Bjay. En estos versos el poeta-guerrero condensa sin más preámbulo un saludo dirigido a su familia y a través de Yedehlu hace llegar su mensaje contando su situación de encarcelado.
Los pueblos construyen en mayúscula su Historia, consagrando por ella lo más sagrado que tiene el ser humano, que es su sangre, su juventud y al final su vida. El mártir Moichan Uld Mohamed Embarec Uld Lemuahad, poeta y uno de los primeros combatientes del ejército de liberación saharaui en los años setenta, escribió estos versos también de compromiso con la historia y con el pueblo, versos en los que canta:
هذ الشأن اطلع لمكاد من فضر تعطيه ال فضر
و امعاهد دم الشهاد والي لهي تكطر من كطر
Ese orgullo ha llegado /a la cima de los montes, / de valle a valle,
fiel a la sangre de los mártires, / y las gotas que de éstos brotarán.
Y sin extenderme en esta carta, cuánto quisiera acompañaros intentando aliviar el indeseable e infinito tiempo que pasáis en vuestras celdas. Sólo termino recordando las palabras con las que Nelson Mandela concluyó su alegato en 1961 ante los tribunales del Apartheid, cuando decía “Es un ideal para el que he vivido. Es un ideal por el que espero vivir, y si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir”. O como dijo Mahfud Ali Beiba, “Si algún día los saharauis quieren ser “otros” yo no seré ese “otro”.
Sin más, compatriotas. Hasta la victoria siempre,
Bahia Uld Mahmud Uld Hamadi Uld Mohamed El Alem Uld Awah

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