sábado, 16 de marzo de 2013

Carta a los presos de Gdeim Izik. Elisa Pavón

Tengo una imagen vuestra en la memoria que me arranca de dentro sentimientos desconocidos. Sois ejemplo, lucha, historia, patria, bandera… Entrando en la sala del Tribunal Militar haciendo callar con vuestros cánticos de victoria las voces amargadas de cuantos trataron de silenciaros, vistiendo con gallardía vuestros darrás y haciendo del sueño de libertad del Sáhara Occidental un escudo infranqueable, minasteis con destreza los nervios del régimen canalla y cobarde marroquí. La valentía de vuestros rostros, la fuerza de vuestras palabras, la lección impresa en cada uno de vuestros gestos, todo eso y más no sólo logró desquiciarles, sino que nos regalasteis la mejor y mayor lección de coraje y valentía que jamás hubiéramos pensado. Más de dos años prisioneros del sufrimiento y la injusticia, que no se exteriorizó como los verdugos esperaban en aquel mal llamado juicio, porque ni eso siquiera consiguió forzar la solicitud de clemencia que tanto ansiaban de vosotros. Una bandera blanca de rendición que les elevaría al rango de vencedores, doblegando vuestras rodillas a fuerza de torturas. Pero no les salió bien y vosotros le disteis al mundo, al Pueblo Saharaui y a nosotros una razón de peso para demostrarnos que la dignidad de las personas no se destruye a golpes. La vuestra, no. Porque sus viles armas _convertidas en violencia, hostigamiento, amenazas, secuestros, torturas_ no han podido, ni pueden ni podrán con vosotros.

Ahí están vuestros corazones, cuyos latidos impulsan vuestra dignidad a límites de excelencia, convierten el miedo en motor invencible e iluminan con luces de neón la lealtad a vuestra patria y a la libertad de vuestro pueblo. Sois la batalla perdida que nos llevará a la victoria final. Porque nos faltáis, porque vuestro dolor es nuestro dolor, porque cada lágrima de vuestras madres la recogemos con esmero y las guardamos para cuando lloren de felicidad. Porque vuestro padecimiento no es ni será en balde y porque cada uno de vuestros nombres catapulta el Gdeim Izik a la Historia. Sabed que hemos construido con todo ello un camino empedrado por el que discurren muchas almas indignadas, muchos esfuerzos que avanzan con paso firme y que no pararán hasta tener en una mano la llave de vuestras celdas y en la otra, la de la derrota de quienes han pretendido aniquilar a vuestro pueblo por avaricia y con mentiras. Los crímenes de odio marroquíes no contaran esta vez con sus aliados perennes, la impunidad y el olvido internacional. Ya no habrá lugar donde puedan esconder tanto mal, porque nos encargaremos de que el mundo y la historia se lo haga pagar, con creces, en conjunto e individualmente, por canallas, por cobardes y, sobre todo, por creer que la injusticia alguna vez podría ganar a una verdad alimentada con ansias de libertad.

Escuchad, hermanos, sois nuestros héroes, nuestros valientes, el adalid de la libertad del Sáhara occidental. Y tendréis esa llave en vuestras manos, porque la victoria os pertenece, porque por vosotros, la palabra GRACIAS entra en una nueva dimensión, donde las palabras se quedan cortas para dar paso, por fin, a los hechos. Resistid, no estáis solos, no os dejaremos solos. Ni olvido ni perdón.

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